Ayer estuve frente al mar. Un barco de carga navegaba alejándose entre pequeñas olas. El perro en la orilla persiguiendo su pelota. Un lienzo sosegado.
Cerré los ojos para poder pensar en ella. Apenas un instante. Veinte años repasados.
Sentí frío. El sol se fundía en un mar enrojecido. Sólo quedaba ese color aclarándose en la espuma de la orilla. Y la fracción de tiempo en la que cabe un recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario