Elegir entre cara y cruz de una moneda presenta cierta dificultad. La mitad de las posibilidades están en el lado contrario. Elegir carne o pescado parece cosa fácil aunque podría ser que el pescado fuera congelado y te cobraran un riñón por él o que la carne estuviera hasta los topes de hormonas repugnantes.
Pero todo se puede complicar hasta límites improbables. La elección más difícil es la que tiene que ver con el hombre o mujer de tu vida. Hay que tener mucha suerte si entre diez mil millones de personas encuentras lo que buscas. Nos sorprende el alto número de divorcios y fracasos de pareja que se producen a diario en el mundo cuando, en realidad, la noticia es que alguien encuentre a su pareja perfecta entre tanto donde elegir. Y no dejo de pensar en lo absurdo que me parece. Eso de separarse en tan viejo como el hombre. En las cavernas, los matrimonios eran mucho más cortos que ahora. El macho regresaba de cazar, comía la mejor parte de la pieza, miraba alrededor para elegir a la hembra y diez minutos después la pareja era historia (para ser exacto debería decir prehistoria).
Nos pasamos la vida eligiendo entre cara y cruz sin asumir que no sirve de nada. De nada. Entre otras cosas porque en la otra parte está lo que buscamos. Es algo que suele ocurrir. Nos pasamos la vida buscando eso que creemos que es lo sublime sin asumir que no existen más allá de cero coma cientos de ceros y un uno al final de probabilidades de encontrarlo. Nos pasamos la vida pasando la vida. Y creyendo que inventamos el mundo cada día. Incluso los divorcios. Y es que somos incorregibles.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
Pero todo se puede complicar hasta límites improbables. La elección más difícil es la que tiene que ver con el hombre o mujer de tu vida. Hay que tener mucha suerte si entre diez mil millones de personas encuentras lo que buscas. Nos sorprende el alto número de divorcios y fracasos de pareja que se producen a diario en el mundo cuando, en realidad, la noticia es que alguien encuentre a su pareja perfecta entre tanto donde elegir. Y no dejo de pensar en lo absurdo que me parece. Eso de separarse en tan viejo como el hombre. En las cavernas, los matrimonios eran mucho más cortos que ahora. El macho regresaba de cazar, comía la mejor parte de la pieza, miraba alrededor para elegir a la hembra y diez minutos después la pareja era historia (para ser exacto debería decir prehistoria).
Nos pasamos la vida eligiendo entre cara y cruz sin asumir que no sirve de nada. De nada. Entre otras cosas porque en la otra parte está lo que buscamos. Es algo que suele ocurrir. Nos pasamos la vida buscando eso que creemos que es lo sublime sin asumir que no existen más allá de cero coma cientos de ceros y un uno al final de probabilidades de encontrarlo. Nos pasamos la vida pasando la vida. Y creyendo que inventamos el mundo cada día. Incluso los divorcios. Y es que somos incorregibles.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
4 comentarios:
Yo creo que no elegimos. Siempre hay una persona que destaca y que, por distintos motivos, nos atrae irremediablemente. Con ella nos quedamos, sin pensar en otras posibilidades y sin quererlas tampoco. ¿O es que había que hacer un casting? ¡Cachis! demasiado tarde.
Además, aún hoy en día, entre esos diez mil millones de personas se encuentra la estirpe del macho cazador, así que cuidadito al elegir.
"Nos pasamos la vida pasando la vida". Uf qué fuerte es eso, y qué cierto.
O será que llevo todo el verano con Leonard Cohen metido en las orejas. Y claro, eso se acaba pagando.
Estoy haciendo un curso de respiración en la fundación El Arte de Vivir... si supieras todo lo que se esta transformando.
Ese curso va de la mano con la meditación... A mi que me gusta la magia pues es magia. Ojalá pueda compartirlo mas en detalle gritandolo a todo el mundo, contandotelo a ti :)
Seria tan fácil eliminar el odio, la angustia el estrés y los divorcios si supiéramos del poder interno que tenemos para generar paz, amor y energía positiva.
Se que suena a best seller, pues no lo es.
Quiero decirte ademas que eres una persona muy influyente en la vida de muchos aunque no lo sepas. En la mia por ejemplo.
Otra cosa, puedes hacer lo que gustes con este comentario porque al final me fui por las ramas, pero es que estoy viviendo un fin de semana demasiado excepcional con esto de la respiracion a tope :)
Casi podría firmar yo el comentario de Svor...
Al igual que ella, yo también hice un curso de respiración-meditación y es mágico, cierto.
También estoy de acuerdo en tu influencia en muchos, en mí sí, al menos.Tus reflexiones, Gabriel, son muy similares a la que yo me hago a diario...(y mucha gente claro).
Es como si las mentes estuvieran en conexión contínua.
Y acerca de elegir, ése es uno de mis grandes problemas, me cuesta mucho elegir entre varias o simplemente dos opciones.
Pero hay que jugársela, no? Si no se arresga uno a perder,jamás ganará.
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