8/9/09

Al rescate


Dedicado a María Cristina Vetere

- ¿Qué es lo más importante que has hecho en la vida?
- Quererte.
- ¿No me olvidaste durante estos años?
- Ni un solo minuto. Soy tu esposa. No he dejado de serlo jamás. Y tú ¿qué es lo más importante que has hecho mientras me esperabas?
- Desear tu muerte. Ya sabes que siempre te quise a mi lado. Bésame.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano


20 comentarios:

Edda dijo...

La espera compensa. No me refiero a los personajes del relato. Yo no quisiera que me esperasen así. Más que romántico me ha parecido espeluznante.

Anónimo dijo...

Sinceramente me parece muy alentador. Si llegara mi hora me gustaría que fuera de esa manera, que me hubieran estado esperando como yo no lo olvidé en la vida. Si hay una posibilidad más allá debe ser para los que se quieren y no se olvidan nunca.
Gabriel. Sublime.

Anita Noire

P. Grillo dijo...

¿Espeluznante? A mí me parece la historia de amor más intensa que he leído en mi vida.

Edda dijo...

P.Grillo, tienes razón, pero a mí tanta intensidad me abruma.

Isadora dijo...

Distintos, si señor, y no hay ley que lo evite.
-"A mi lado, siempre a mi lado, incluso más allá de la muerte" reclama el varón sin dudarlo.
¿Alentador? ¿Espeluznante? ¿Abrumador? Nada de nada, simplemente ¡¡¡ machismo!!! ¿Cuándo se les ocurrirá a ellos estar a nuestro lado?

Brito Arceo dijo...

Pero, por favor, ¿cómo podéis dar la vuelta a un texto viendo esas cosas?
Él espera después de muerto. ¿Es eso machismo?
Al que le parece espeluznante es a mí.

Edda dijo...

Jaja, si que se he liado con la palabreja. A ver... De la RAE:

Espeluznar:
1. tr. Descomponer, desordenar el pelo de la cabeza, de la felpa, etc.
2. tr. Erizar el pelo o las plumas.
3. tr. Espantar, causar horror.

El 2º (el pelo o las plumas, a elegir) y el 3º punto es a lo que yo me refería en mi comentario cuando he leído:
"- Desear tu muerte. Ya sabes que siempre te quise a mi lado." y como guinda: "Bésame"

¿Nadie más lo ha sentido?

PD: Gabriel no levantes la ceja, que te veo :)

Gabriel Ramírez dijo...

Vamos a ver.
Este texto está dedicado a una persona que se muere en su cama. Cáncer. Quiso a su marido con locura. Y su marido a ella. Antes de morir él le dijo que esperaría allí donde estuviese. Ella enfrenta su muerte sin una sola queja pensando que ese encuentro se producirá pronto. Ni está enojada con la vida, ni con Dios (ella es creyente), por esa única razón.
Quería yo expresar, sin ningún éxito por lo que veo, que el amor entre personas adquiere una dimensión fuera del tiempo y del espacio si es verdadero. Lamento mucho no haber sido capaz de expresarme mejor. Pero, en cualquier caso, mi personaje no creo que tenga rasgos machistas. De verdad que no lo creo. Me aplicaré en el próximo texto para evitar estas cosas.
Por último, quiero aclarar que es la primera vez que explico un texto en mi blog. Lo hago esta vez por lo que estas líneas representan. Hacía muchos años que no me preocupaba por el lector de lo escrito y por gustar al ser leído.
Un saludo a todos.

Edda dijo...

Bien, como creo que he sido yo quien lo ha iniciado, yo te pido disculpas. Primero (y lo más importante) por haber pasado por alto que lo que escribías era dedicado y en segundo lugar por no haber sabido entenderte y haber frivolizado con el tema. Sólamente he expresado lo que me sugería el texto. Lo lamento y lo hago públicamente, porque creo que le debo mis disculpas a la homenajeada.

Gabriel Ramírez dijo...

No quiero dramatizar. Y cada opinión es estupenda. Así que nada de perdones. Edda, sé que si hay alguien educado por aquí eres tú.
No quiero que mi comentario anterior parezca lo que no es. No se trataba de reñir. Nunca lo hago. Intentaba aclarar.

Isadora dijo...

¿Pero cómo se puede desear la muerte de alguien aunque sea para intentar estar juntos en el más allá?
En fin, que si no es machismo, es de un egoísmo que asusta, aunque se disfrace de lo que se disfrace.
Todo dependería, en todo caso, de quién fuera el que deseara esa muerte. ¿No?

Anónimo dijo...

Muy bueno, muy bueno simplemente, enhorabuena por esas frases.

Nos vemos, Caminante.

Lupe dijo...

Hola Gabriel.

Una vez más se confirma que sois mucho más prácticos que nosotras.

A mi me ha gustado mucho el relato.
Estaba deseando besarla de nuevo. Incluso después de muerto.

Un abrazo.

Maat

Carmen Neke dijo...

Pues yo estoy de acuerdo con Edda. El texto me ha gustado muchísimo, y entiendo bien su sentido. Pero la frase: "Desear tu muerte" me parece espeluznante, por mucho amor con el que fuera pronunciada. Ya se sabe que los textos adquieren una vida propia apenas son creados.

Poder enfrentarse a la muerte con la esperanza de un reencuentro en el más allá, es algo que merece todo mi respeto y toda mi admiración. Y mucha envidia, sí, por qué negarlo.

Unknown dijo...

Con o sin explicación es bello....

araceli dijo...

Que bonito Gabriel.
Precioso relato de amor.

Anónimo dijo...

En mi humilde opinión la frase: "Desear tu muerte" es clave para entender la magnitud de ese amor.Y todo amor humano por mucho que nos duela reconocerlo es en mayor a menor medida egoista.

Poma

Gabriel Ramírez dijo...

Copio de mi cuenta en Facebook este comentario. Lo firma la hija de María Cristina. Creo que merece la pena leerlo. Hubo tiempo para que escuchase a su hija leer el texto que escribí. Ahora permanece sedada. Esperando.

Bárbara Lucía Lazzarin dixit: Hoy fue el día preciso. ¿Intuirían tus palabras, la necesidad de ser transmitidas a tiempo?
El aire de la pieza de hospital... huele a beso...
Sentada en una silla, la acompaño... sin ruidos... por no interrumpir su sueño...
Va camino del encuentro... no hay miedos...
GRACIAS por la emoción... por sus lágrimas... de afirmación...

Anónimo dijo...

el ha deseado su muerte porke la ama y kiere ke este con el, no la ha matado, ni ha provocado su muerte. la diferencia es fundamental y cualkiera desearia lo mismo ke el si amara a otra persona. estoy de acuerdo con daniel en la dimension excepcional ke adkiere el amor cuando es de verdad y profundo.

alf dijo...

hola. pues yo había entendido que el era la muerte y ella una legionaria...pero es que no acabé el curso...
genial gabriel.
alfonso flaquer