29/11/09

El último amigo


- Hazlo. No te juegas gran cosa.
- Supongo que estás bromeando. Es la persona que más quiero en este mundo.
- No es tan importante como crees. Hazlo. No lo pienses más.
- ¿Por qué tirar todo por la borda a la primera oportunidad?
- Pues porque te lo planteas. Así de sencillo. Estás jugando a ser la mejor persona del mundo sin entender que eres como los demás. La duda representa el cambio. Te guste o no ya nada será lo mismo.
- Yo sé lo que pienso, lo que quiero y lo que deseo hacer. Eres un filósofo barato que cree entender la vida desde el amargor de la soledad y, sin embargo, tan solo cubres de mierda lo que tocas. Te detesto.
- Si no lo haces, sobre eso construirás el templo de un reproche. Estás preparando una muerte sin fin. La tuya y la de otros.
- Creía que eras mi amigo. Adiós. Espero que no tengamos que vernos nunca más.
Baja las escaleras agarrada al pasamanos. Busca dentro del bolso su teléfono móvil. Comienza a pulsar las teclas. Se detiene para comprobar que lo que escribe es lo que quiere decir. Necesita hablar con él. Explicarle con detalle lo que está sucediendo, que él haga lo mismo. Envía el mensaje y, mientras espera la contestación, no puede evitar pensar en la ropa que se pondrá ese día. Quizás compre algo. Aunque sea barato.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

3 comentarios:

Carmen Neke dijo...

Tirar todo por la borda solamente porque te lo planteas... Eso lo hacía yo cuando todavía vivía en un mundo de blanco y negro. Los años me han enseñado que existen muchas tonalidades de gris.

Edda dijo...

El mejor consejo es siempre el que nos negamos a oír. Pero ¿correr el riesgo? Yo no, ya no. Ahora sólo tiraría todo por la borda si la alternativa fuera tirarme yo. Es que no sé nadar :))

Poma dijo...

Nunca nada es lo mismo . todo cambia.
Con duda y sin ella, tirando todo por la borda o reciclandolo .., Núnca es lo mismo.