1/11/09

Excusas, reproches y corazas


Vivo entre excusas. Todos a los que miro llevan añadido una enorme, maravillosa e infalible razón por la que su existir roza la perfección, les convierte en inocentes y, es más, les permite convertir cualquier problema en cosa de otros, culpa de otros. Da igual lo que haya sucedido. “Es que tú”, “esto no hubiera pasado si tú”, cosas así suelo escuchar cada día. Es curioso que tanto tú aparezca cuanto más se piense en el yo. Reprochar parece la mejor forma de evitar cualquier conflicto interno y el yo crece sin que nada ni nadie pueda pararlo. Gran error eso de pensar que si destruyo al otro yo me libro de la quema.
Seguramente me pase a mí lo mismo. Pero, al menos, me paro a pensar sobre ello, intento analizar las causas de una actitud tan lesiva, tan destructiva. Al menos sé que lo puedo estar haciendo o lo puedo llegar a hacer. Al menos procuro dejar la soberbia a un lado para reflexionar un momento aunque luego no sirva de gran cosa.
Cargarse de razón (si es que existe eso) es lo más lamentable que le puede suceder a nadie. Puedes llegar a dejar de querer a otros, creer que eres una especie única en el universo a la que los demás deberían alabar constantemente, convertir a los otros en un grupo de seres a los que no tienes más remedio que aguantar de forma piadosa. Es nauseabundo.
Yo parezco estar en esas a menudo. Sin embargo, sé que no, que puedo mantener posturas más o menos rígidas hasta cierto límite para luego ceder parte de lo que creía intocable, que necesito de los que me rodean para poder salir adelante. Cargarse de razón no es lo mismo que parecer estar hasta los topes de ella. Además, desconfío mucho más de los que no se dejan ver, de los que parecen amables cuando, en realidad, son marmolillos con su verdad a cuestas. Así que me considero hasta inofensivo al lado de algunos que tengo cerca.
Detesto las excusas porque son la máscara del reproche. Y detesto el reproche porque creo que es lo que puede llevar a la infelicidad por el camino más corto. Es, sin duda, lo más insoportable que se puede encontrar el ser humano por el camino.
Hoy he vuelto a sacar la coraza del armario. Llevaba algún tiempo guardada. Está visto que, por muchas esperanzas que pongas en esto o aquello, lo que hay es muy difícil de modificar. La llevo puesta, bien montada, si fisuras. Y miro el camino que espera. Respiro fuerte, comienzo a caminar y puedo ver desde donde estoy como me voy haciendo pequeño a medida que avanzo por el sendero.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

9 comentarios:

Anita Noire dijo...

Pues amigo, que la fuerza te acompañe, la que te espera no es menunda, pero esa es tu elección.

Anita Noire.

PD. Siempre te queda poder hacer como Lucky Luck, que a veces no sirve de mucho, pero acompaña.

Carmen Neke dijo...

Qué bien sabes verbalizar los sentimientos que los demás solamente somos capaces de expresar con silencios tan obstinados como inútiles.
Y esa música al borde del mundo que has puesto... es casi sobrenatural.

Que te vaya bien por esos caminos, Caballero de la Triste Figura.

Unknown dijo...

Pues yo no entiendo porque la gente se pone corazas..
Unos dicen yo me pongo una coraza para que no me hagan daño.. o sentir el daño, dolor (de amor, amistad, enemistad, desamor)...
Otros se la ponen para escudarse en sus excusas o en las excusas de los demás..

Y digo yo... para que tanto escudarse en corazas... si al fin y al cabo.. el daño,dolor, etc... no hay quien no lo quite... o si????
Hay que ser uno mismo.. tal cual es.. sin historias y sin películas ni corazas!!!

Un saludito!!!

Isadora dijo...

No parece haber mejor coraza que la de la insensibilidad, y si uno se reviste con ella, peor que peor. La indiferencia nos aleja de todos y de todas partes, y solos y en ninguna parte ¿para qué?
No se trata de durar más poniéndose a salvo de los acontecimientos dañinos, sino de pretender una mejor calidad de vida incluso asumiendo determinados riesgos, y si ello en el lenguaje de la salud del cuerpo está claro, ¿qué otra cosa puede significar para el correcto funcionamiento de nuestros sentimientos, emociones y demás exidantes de nuestra endeble psiquis?

Por cierto, ¿ha olvidado que la autodefensa es una - no sé bien - si eximente o atenuante, pero que en todo caso forma parte del entramado artificial de la calificación de nuestros actos?
¿No ha oído usted mil veces también que no hay mejor defensa que un buen ataque? Pues ya está dicho casi todo y casi todo puede quedar justificado si uno lo pretende.
Si no puede salir corriendo y evitar la bofetada, al menos contraiga los músculos de la cara a tiempo. No sirve de mucho, pero parece que uno ha tratado de minimizar sus efectos y ello no impide el dolor exterior pero aminora el interior....Creo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Merche. Con coraza o sin ella, el dolor, la herida sigue ahí, sufrimos igual, así que para qué esconderse, "protegerse" o proteger nuestra imagen?.
Yo no uso corazas, se me nota enseguida mi tristeza, decepción o felicidad, o falsa euforia del momento, lo que sea. Hay que lanzarse al vacío de la Vida, virtual o no, y ser uno mismo. Que te dan? pues recibes, que te quieren? Genial. Nadie se libra de un jarro de agua fría de vez en cuando. La madurez consiste en varias cosas, una de ellas: no reprochar, y si es totalmente necesario hacer ver a otro que ha metido la pata hasta el fondo, decirlo que manera que no se parezca en nada a un reproche.
Dificil. Sí.

Edda dijo...

El problema de llevar coraza y no quitársela de vez en cuando, es que con el tiempo aumenta su grosor. Al final la persona que hay debajo de ella se hace inaccesible y se queda sola.
Seguro que a lo largo de ese sendero encuentras a alguien que libre de su peso alguna vez.

Alguien dijo...

Uno no se pone una coraza cuando va a emprender un camino...uno se la pone cuando no se quiere ir del lugar de donde le llegan los golpes.

Poma dijo...

Ufff...Con o sin coraza..no hay remedio. Por mucho que nos acorazemos, la sensibilidad esta ahí,asfixiada sale por un lado u otro.Lo siento amigo Gabriel, de poco te va a servir. Lo sé por experiencia.

Nabulio dijo...

cheme gusto bastante tu espacio tu blog
asique volver para leeerte
te invito a que pases por el mio
saludos