15/11/09

Modificándola


Me pregunto qué especie de atracción sufren algunas personas hacia lo que no les gusta. Les repele algo por algo en concreto, pero regresan una y otra vez a su lado. No me gusta cómo me habla este tipo aunque le escucho siempre que puedo. Detesto la forma de escribir de un autor y por eso compro todos los libros que publica. Incomprensible a primera vista. Un acto voluntario que acerca a lo odiado que se produce con una frecuencia preocupante.
No puede ser otra cosa que admiración. El vértigo que provoca la envidia, esa reacción ante lo que crees injusto (tú eres mucho mejor) y que necesitas tener cerca para poder asestar un golpe definitivo logrando que las cosas queden en su sitio, en el infierno. Si lo tienes próximo crees conocer cómo se mueve, cómo evoluciona, cómo puedes terminar con ello. Aunque lo cierto es que siempre te lleva algunos metros de ventaja. Nunca eres capaz de alcanzar lo que admiras, lo que te hace sentir infeliz porque te convierte en insignificante.
La envidia es miedo. Miedo a que te miren para compararte, miedo a pensar que eres lo que eres sin remedio, un pánico irracional ante lo evidente que se presentan tus miserias. La envidia es rencor hacia uno mismo. Las oportunidades perdidas, el fracaso ganado día a día por cometer errores estúpidos, el tiempo perdido que otros (los envidiados) parecen administrar con maestría para llegar hasta donde siempre quisiste.
Y es mezquindad.
Todo lo que distorsiona la realidad lo es. En alguna ocasión, he afirmado que la realidad hay que dominarla hasta donde nos es posible. Para escribir, para pensar, para vivir. Al fin y al cabo todo es la misma cosa. Y en alguna ocasión me han preguntado sobre cómo se hace eso de dominar la realidad. Modificándola. Las cosas que nos superan sólo podemos controlarlas si las modificamos. Es el gran error del envidioso. Quiere modificar, distorsionar, la percepción de los demás respecto a otro (por ejemplo) dentro de una realidad mostrenca. Y eso es imposible. Sólo se consigue al revés.
Me pregunto qué especie de atracción sufren algunas personas hacia lo que no les gusta. Pienso sobre ello, sobre lo terrible que ha de ser vivir mirando desde una segunda o tercera fila impuesta por uno mismo, sobre el sufrimiento que debe producir vivir pensando en tú olvidando el yo. Me pregunto si merece la pena levantarse cada mañana. Claro que no, claro que no.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

7 comentarios:

Carmen Neke dijo...

Envidia como rencor hacia uno mismo, qué cierto es eso. Y por eso mismo es sin duda que los envidiosos son tan egocéntricos, porque se sienten atraídos por aquello que no les gusta.

A ver si nos haces pronto el especial navidad todo lleno de amor y felicidad, porque a este paso nos vas a matar a todos tus lectores de una depresión aguda.

Mamots dijo...

La buena envidia nos hace tambien superarnos, copiar o intentar ser eso que tienen los demas y deseamos.

Otros envidian e intentan mas bien destruir y criticar para "liquidar".
Existen quienes de desmerecen por envidias y si te caen cerca, te confunden haciendote creer que no vales, para revalorizarse ellos posandose sobre tu cabeza.

pd un "megusta" para el video musical.

Besos

Ana María dijo...

Primero, felicitarte por el vídeo, yo también pido un "me gusta", o más aún, un "me fascina", no sabía que existiera esa cantante.

Y del texto decir que me parece un pensamiento o un relato muy real.
Me gusta como planteas las cosas, lo bien que lo plasmas en una hoja y llega directo al corazón de much@s.
Sea con aire fresco o a traves de un oscuro tunel el tema. Da lo mismo, porque está exquisitamente escrito siempre.

¿Hay envidia sana y envidia maliciosa? O más bien sólo hay una: La Envidia.
Yo creo que envidiar sanamente es muy humano, es más que lógico, pues si tu "yo", tu mundo no te llena, es normal mirar hacia otros "tus", otros mundos que te parecen maravillosos, otras personas en las que te ves reflejado.
Lo terrible y mezquino es la mala envidia, desear lo peor al que admiras porque tú mismo sabes que jamás llegarás a estar a su nivel. Nivel emocional, espiritual y porqué no, también monetario.
Un tema muy duro.
Bueno un matiz: tú crees, piensas que "jamás" llegarás a ese nivel (de lo que sea), pues te torturas y torturas dándote razones con buena base, pero nunca se sabe hasta donde podemos llegar.
Sufrir inutilmente,siempre es estéril.
Hasta los "peques" quieren lo que tienen sus amiguitos. Eso sí, de buena fe.

Edda dijo...

Sentir envidia junto con rencor es engañarse a uno mismo. Si nos creíamos merecedores del premio, en lugar de perder el tiempo odiando, deberíamos pensar en qué nos hemos equivocado. Esta es la única manera de superarse.

Unknown dijo...

Se dice por ahí que si te critican es porque te envidian y, si te envidian es porque te admiran, por lo tanto si te admiran es que quieren ser como tú.....
Y yo sigo pensando lo mismo somos seres inconformista..
La envidia es el lapso de tiempo que nos demoramos pensando lo que el otro tiene y a mi me falta...

Yo tampoco conocía a esta cantante..y me ha gustado... muchas gracias por los descubrimientos...

Poma dijo...

Sí se admira sin envidía, desde lo posotivo que posee la persona en cuestión. La cosa es buena y nos aporta.
Envidía, odio, rencor... Son basuras emocionales, mejor reciclarlas.

Dani dijo...

La envidia es el pecado nacional... pero ¿sólo de España?, disculpen, pero no me lo creo.