1/12/09

Biografía y narración


Me han preguntado, un buen número de veces, si alguna de mis novelas son autobiográficas. Tengo por costumbre cambiar de tema para no contestar. Entre otras cosas porque el asunto requiere cierto grado de reflexión.
Cuando alguien pregunta algo así lo que quiere saber es si lo que ocurre durante la narración es lo que te ha pasado ayer o hace diez años, si los datos que aparecen en el relato se ajustan a una realidad personal. Y se formula esa pregunta sin tener en cuenta algunas cosas que son fundamentales. Por ejemplo, que una lista a modo de inventario anotando cada cosa que ha pasado a una persona no tiene valor narrativo en sí mismos. Además, la selección de esos datos ya es un problema. ¿Apuntamos todos? ¿Qué olvidamos? ¿Esto pasó así realmente o fue de otra forma? ¿Podemos estar ante un dato que creemos cierto cuando no lo es aunque estamos convencidos de ello? Por otra parte, ya lo he dicho alguna vez, el individuo puede renunciar a casi todo en la vida. Religión, verdad, amor, familia. Pero nunca a su propio relato. De hecho, cada día nos narramos nuestra propia existencia y nos vemos (como si fuéramos un personaje más) a través de lo narrado. Tal y como nos contamos, así nos vemos.
Entonces ¿qué puedo contestar cuando me preguntan si mis novelas son autobiográficas? La solución está en la experiencia. Es esto y no otra cosa lo que dará sentido a esa lista de datos que nos confunden por no saber si son ciertos o, sencillamente, porque faltan. La experiencia es el material narrativo en el que sujetaremos cualquier relato, en el que colocaremos esos datos para que tomen un sentido dependiendo de nuestra intención. Y en esta experiencia tendremos que incluir la propia y la vicaria. Es decir, yo puedo relatar la separación de una pareja sin haber vivido una situación similar porque conozco y me interesa. Incluso podría hablar de hechos lejanos en el tiempo por la misma razón. Jung ya dijo que los seres funcionan con arquetipos que guardan hasta la última lágrima que se derramó en este mundo. Y eso es importante para todos. Lo autobiográfico va desapareciendo. Si añadimos la dosis necesaria de fabulación, de ficción, esos datos biográficos quedan reducidos a ser parte de la trama. Pero nunca de lo que hablamos. Es de la experiencia y no de otra cosa. Con todo esto no quiero quitar ni pizca de importancia a lo biográfico. No puede desligarse una cosa de la otra, pero no, mis novelas, ni las de nadie que pretenda hacer literatura, pueden ser autobiográficas.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

7 comentarios:

Edda dijo...

"Ten en cuenta que las cosas que te metes en la cabeza están ahí para siempre, dijo. Quizá deberías pensar en eso.
Algunas cosas las olvidas, ¿no?
Sí. Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar." La carretera, Comarc McCarthy.

El escritor lo que quiere olvidar, lo difumina ¿no?

Gabriel Ramírez dijo...

Lo corrige.

Unknown dijo...

Lo que uno vive en sí mismo es lo real y verdadero... otra cosa son los adornos que queramos añadir o quitar...
Realmente nos contamos, recordamos o olvidamos lo que ha sucedido????
No sé.....

Mamots dijo...

Sobre lo que se escribe de lo vivido, pienso que ante un mismo momento aunque sea demasiado cotidiano, usual o como sea, el escritor posee la capacidad de "idealizar" o poner esa chispa que los del monton no hacemos.
El simple hecho de tomar un vaso de agua y beber, aunque fuese autobiográfico cambia, ya que tu por ejemplo lo envolverias de una manera especial y yo sencillamente lo contaria.

Bueno no se si salió lo que quise decir.

La gente que piensa que todo lo que se escribe es "modoperiodismovidapesonal" son los que pocos saben del uso de la imaginación.

besos

Poma dijo...

Perfecta explicación.
Un dato autobiográfico en el contexto de la narración interesa por lo universal del mismo.


PD: "La carretera" me gusto.

Svor dijo...

Todos tenemos ese corazón cotilla bien salvaguardado. Se nos carcome el cerebro de solo pensar si algo de lo escrito es autobiográfico y esa fuerza nos supera... No esta mal... la curiosidad es un motor indispensable de crecimiento. ;)
Che, no puedo ver lo del flash!
voy a intentarlo desde otro ordenador

Carmen Neke dijo...

Cómo me gusta esta canción. Lo siento, si me pone esta música no puedo prestar atención a lo que escribe.