18/1/10

Regreso


1
Se sabía duro como una roca. Los brazos fuertes, las piernas robustas. Ni un paso atrás cuando el peligro acechaba.
Pero escuchó su risa.
Todo parecía ser la misma cosa. Aunque, por primera vez, levantó el pie para mirar su huella en la arena. La puntera apoyada en el suelo, inmóvil, unos centímetros por detrás.
2
Bebe cerveza mientras mira la pared que tiene enfrente. Blanca, sin adornos. Estira las piernas y apoya con fuerza la espalda en la silla.
Una ternura brutal aparece. No entiende lo que sucede. Él no es así. Pero no deja de escuchar.
3
Ella se tumba recogiéndose las rodillas con los brazos. Sonríe. Y espera. Al rato, aprieta el otro lado de la almohada dejando una marca. Como si estuviera allí tumbado. Nunca antes ha compartido su eterno secreto, su fragilidad.
4
Se escondía tras una frivolidad inventada para poder sobrevivir. Cuando se sintió incapaz de sentir el tacto de la realidad, encerrada con lo que había podido salvar de ella misma, se dejó oír.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

5 comentarios:

Edda dijo...

Cuántas cosas se pueden ver tras una coraza ¿verdad? Pero uno no puede dejar de ser como es. Siempre emprendemos el camino de regreso a uno mismo.

Carmen Neke dijo...

Ayns. Precioso.

Araceli dijo...

Sin comentario.Que bonito.!!!

Poma dijo...

Expresividad exquisita ¡¡¡
Bravo ¡¡

Unknown dijo...

Si es que las corazas... pa que sirven..????

mmm Sr. Ramirez se expresa que da gusto!!!

Sigue siendo un placer leerle...

:))