Caminan despacio. Ella con los brazos cruzados sobre el pecho. Él con las manos agarradas a la espalda. Miran al suelo uno, al frente la otra.
- ¿Me has echado de menos?
- ¿Debo decir la verdad? Ni siquiera sé si quieres saberlo. Además ¿Importa algo lo que ha pasado antes de este instante?, es ahora cuando alza la vista, gira la cabeza y observa el rostro de la mujer.
- Si importa más o menos es irrelevante. Necesito saber.
- Nunca extrañé tanto, nunca estuve tan ausente, dice el hombre mirando, otra vez, al suelo.
- ¿Por qué no llamaste?, le mira apretando los dientes. Se niega la posibilidad de un llanto estúpido.
- Necesitaba saber.
- ¿Qué pasará ahora?, dice aflojando la fuerza de las mandíbulas.
- Ya sabemos. Toca olvidar lo que fuimos, dice mientras se detiene.
- Podríamos perdernos de nuevo, ella continua caminando.
- Eso ya no importa. Conocemos el camino de vuelta. El dolor jamás se olvida, camina nuevamente, un paso por detrás de ella.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
Concha Buika -
4 comentarios:
Las dudas siempre son razonables porque nos sentimos inseguros...porque reprimimos nuestros impulsos y deseos de hacer realmente lo que queremos hacer...
Una pena....
Un saludito carnavalero!!!!!
Por cierto su música.. mmm un placer escucharla!!!
Mientras conozcan el camino de vuelta........
Si ambos han resuelto las dudas, si saben que no podrán seguir el camino juntos, mejor recordar lo que fueron. Olvidar sería cruel. Ambos lo saben.
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