Da una palmada. Se encienden las luces. Silba para que el lavavajillas se conecte. Dos golpecitos en la mesa. Las luces disminuyen su intensidad, el televisor muestra una película porno y el androide baja por las escaleras gritando que está dispuesta a cualquier cosa. Según el manual debe disfrutar durante los veinticinco minutos siguientes. Diez después tendrá que dormir en postura fetal para que le administren los sueros necesarios. Se levanta incumpliendo el Protocolo Live 8900. Va hasta la estantería del pasillo. Encuentra el arma. Es el momento de desconectarse. Cuando siente el cañón en la sien se siente vivo.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
7 comentarios:
¿No bastaban un par de palmadas para desconectarse? Más que nada por el cristo que se lia con líquidos y fluidos varios.
Núria A.
Qué triste. El futuro no cambiará nada. Cubiertas las necesidades básicas, seguiremos siendo igual de inconformistas.
Eso sí , la pelicula de Ridley Scott..genial ¡¡ Y la banda sonora ..
Que dramático.....
Hola G.
Robótico. Quizá pase algún día esto que cuentas. De todas maneras, hoy en día, ya hay mucha gente que se suicida aunque siga con vida.
Una pena.
Besos
Qué drástico. Habría bastado con desconectar la electricidad y quitarle las pilas al androide.
Pues mira, si está dispuesta a todo la señora androide, yo quiero una.
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