R.
Mira tan lejos como puede desde lo alto de una tarima. Siente lejos a todos los demás. Ni siquiera es capaz de percibir sus contornos. La distancia es enorme, piensa, soy una diosa.
Cuando escucha las pisadas sobre su cabeza tiene la certeza de llegar tarde. Sobre una cúpula enana los demás pisotean lo poco que es. Y, llena de rabia, llora prometiendo no perdonar a los que han sido capaces de estar allí, a los que nunca sabrán de su grandeza.
Desde la tarima sigue sin verse nada. Nadie.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
16. gato barbieri -
4 comentarios:
Cada cual tiene su propia cima. Pensar que la nuestra es la más alta es un error. Igual que no ver desde nuestra atalaya las cimas más bajas. Si no vemos las de arriba, nos engañamos y si son las de abajo las que no vemos, nos hundimos.
Si subimos a cimas tan altas que luego no nos dejan ver más allá... la leche que nos podemos dar es de ordago......
Saluditos mañanerosssssss
El problema no está en mirar desde una tarima sino en ser de piedra.
Hola G.
Si alguien se encumbra demasiado alto corre el peligro de dejar de respirar.
Lo mismo pasa abajo donde los orificios se llenan de tierra.
Un abrazo.
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