El último plato liso acaba de estallar contra la pared. Busca algo más, algo que pueda lanzar con fuerza haciendo que la saliva se le escape de entre los dientes al realizar el esfuerzo. El rostro encarnado, desencajado.
- Eres capaz de sacar lo peor de mí cuando te pones en este plan.
- Tal vez lo que ocurre es que ahora te dejas ver sin máscaras ni disfraces, contesta sin moverse, sentado en el sillón de piel negra. El gesto serio, los brazos cruzados sobre el pecho. Sólo se permite mover los ojos buscando trozos de loza por el suelo.
- Te odio, eres lo peor que me ha pasado en la vida. Y no quiero volver a verte nunca más. Nunca más ¿Me entiendes, cabronazo? Maldita la hora en que te conocí.
Él se levanta. No puede disimular su irritación. Dice algo entre dientes que ella no entiende. Tan sólo alcanza a escuchar una última palabra. Cerda. Cuando cierra la puerta de la calle siente un último ruido. Un objeto que cae al suelo tras el impacto.
Ella abre la puerta y le dice gritando que pase, que dónde cree que va, que las cosas hay que discutirlas. Él resopla, gira con rapidez y entra para evitar que los vecinos vuelvan a tener un asunto del que hablar.
Después, en la cama, se prometen amor eterno. Esas cosas no pueden pasar, hay que evitarlas siempre. Se acarician, se enredan, se aman, ríen. Se desean buenas noches. Él piensa que si cree que con un polvo le conseguirá hacer feliz está muy equivocada. Ella recuerda a aquel muchacho al que dejó porque le parecía demasiado buena persona. Y ambos saben que la frontera quedó atrás, mucho más atrás.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
Keith Jarrett -
6 comentarios:
Si intentan reparar lo que es tan irreparable como unos platos rotos, la "felicidad" les va a durar lo que dure el polvo.
Hola G.
Las fronteras las ponemos nosotros mismos. Cuando se trapasa una de esas lo mejor es irse a vivir a otro país, por que en ese, donde se reside, se ha dejado de hablar el mismo idioma.
Que tengan sexo luego...eso me ha descuadrado...
Un beso
Pero qué mala leche gastas estos días eligiendo la música para acompañar a tus textos, que no es que sean puro romanticismo que digamos. El contraste es brutal.
El comentario de Edda es impecable.
Completamente de acuerdo con ella
Araceli, gracias :)
Acabaran rotos como los platos.El sexo solo es una pequeña tregua en esa guerra.
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