Ricardo.
Las nubes llegan con violencia. Agarra a los niños, se arrodilla y hace que se queden quietos. Les cubre con su cuerpo. Viento, agua, el sonido de los truenos. Dicen que se puede saber cuál es la altura de las nubes contando desde que luce el rayo hasta que suena el trueno. Uno, dos, tres. No da tiempo para más. El sonido rompe la realidad. Añicos.
Al rato, todo tranquilo. Los niños se levantan retirando el abrigo de su padre. Salvo ellos mismos, el mundo se ha resquebrajado. De él no queda más que su nombre.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
Al rato, todo tranquilo. Los niños se levantan retirando el abrigo de su padre. Salvo ellos mismos, el mundo se ha resquebrajado. De él no queda más que su nombre.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
Celia Cruz -
2 comentarios:
¿Qué no haría un padre por sus hijos? Qué bonito que los hijos lo recuerden así.
Que bonito!!!
Publicar un comentario