18/10/09

Los años


Los años te enseñan a disfrutar de lo que tienes (sea mucho o poco), a adaptarte a un mundo que quisiste cambiar y se mostró terco, a rutinas odiosas que terminan en la lista de indiscutibles por necesarias, a caminar por un sendero cubierto por las hojas secas que cayeron el primer día que el mundo fue mundo y que nadie ha podido recoger.
Los años encogen el horizonte. Intentas modificar el trayecto para agrandarlo de nuevo, pero te encuentras ante uno distinto, un poco más pequeño. El que marcaste tú solo aunque te empeñes en culpar a unos y otros. Tú solo. Y cuando lo asumes comienza el tiempo del disfrute. Eres lo que eres.
Los años van pasando para que todo encaje en el lugar exacto. No hay piezas de más. Ni de menos. Las defectuosas terminan siendo perfectas. Eres el centro de la imagen que se dibuja con lentitud.
Los años caen repicando a muerto sobre los hombros, avisando, convertidos en faro inesperado. Iluminan un último momento que nunca vemos cerca. Ahora, ya lo sabes.
Los años no tienen importancia porque van pasando los minutos, horas de tranquilidad, instantes que acumulan toda una experiencia. Disfrutas de lo que tienes, de lo que eres. Aquel mundo mostrenco se ha convertido en cosa pequeña que puedes arrugar y guardar en el bolsillo. Mientras crujen las hojas secas bajo tus pies.
Sigues vivo.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

6 comentarios:

Edda dijo...

Sólo caminando se hace el camino. Un paso tras otro evitas que se acumule la maleza y dejas que los que vengan detrás vean el horizonte. No es fácil y a veces es duro, pero es camino. Lo mejor, el sonido de las hojas cuando crujen al lado.

Unknown dijo...

Los años te enseñan a disfrutar
Los años encogen el horizonte
Los años van pasando
Los años caen repicando a muerto
Los años no tienen importancia
En definitiva, los años pasan y se esconden cuando miramos con amor.
Con los años aprendemos lecciones así como a tener recuerdos que pudieran ser eternos entonces vivamos la vida amándonos a nosotros mismos y podremos llegar a amar más profundamente a los demás....

Isadora dijo...

Evidentemente hablamos con soltura y desenfado de lo que no nos afecta. En tales casos somos casi siempre generosos, condescendientes y hasta positivos. Y ahí lo dejo por si acaso.
Pero hablando de los años, me temo que son simplemente un accidente necesario pero ajeno; la única constante invariable somos nosotros, cada uno de nosotros frente a nosotros mismos y a nuestra propia historia.
¿Y qué somos o seremos cada uno de nosotros después de una serie de años? Jamás habrá una sola respuesta, y jamás nos la darán los demás. Opiniones todas; lugares comunes, muchos; respuestas ..., sólo las que nos demos nosotros mismos si somos capaces de preguntarnos.

Mamots dijo...

Los años te enseñan que se debe ser feliz con lo que se tiene, a que es mejor conformarte.
Aunque yo mas bien soy una inconformista infeliz, pero contenta.

Poma dijo...

Ni un pero.
Posiblemente el texto con el que más coincido.
Bellisimo ¡¡

Anónimo dijo...

Quizás se pudiera decir más alto, pero no más claro. Estoy de acuerdo contigo. Es así. Saludos.