15/10/09

Sobre un lado. Siempre.


Se incorpora para sentarse en el borde del colchón. Gira el hombro izquierdo una y otra vez. ¿Por qué dormiré siempre sobre este lado? se pregunta. Él sigue respirando con fuerza, haciendo mucho ruido al expulsar el aire. Siente el músculo entumecido.
Otra noche más. Una cualquiera. Él lee, ella mira el televisor. Pronto se le cierran los ojos. No hay nada que le apetezca más que dormir. El tiempo se fue agotando arrastrando lo que fue la pasión. Prefiere no pensar si algo más se quedó en algún margen del camino. Apaga la luz, desea felices sueños y reposa la cabeza en la almohada. Sobre el lado izquierdo.
Ahora intenta que corra la sangre moviendo los músculos de ese lado. Si duermo así le doy la espalda y me molesta menos veces. Qué tontería. Lo que está acabado lo está y se ve en todo lo que haces. Nunca lo había pensado de este modo, susurra intentando una sonrisa imposible. Buenos días, escucha. Contesta. Cuando gira la cabeza le ve moviendo el cuello de un lado a otro. ¿Qué haces? le pregunta. Nada, es que me molesta el hombro derecho. Él contesta bostezando. Ausente.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

10 comentarios:

Poma dijo...

Gestos, gestos que lo dicen todo.
Prefectamente narrado.
No sé donde lei, que a veces la pasión es como el bosque mediterráneo , todo a de arder para que vuelva a renacer. Esa pareja del texto a arde o mueren en vida.

Mamots dijo...

Cualquier razón es buena, pero no para dar la espalda, aunque simplemente sea en el dormir.

Anita Noire dijo...

Pues como la vida misma!!!Chapeau.

Anita Noire

Edda dijo...

Ese "Buenos días" es el mejor bálsamo para cualquier mala postura. Eso y un buen masaje. Para hacerlo, o para que te lo hagan, hay que dar la espalda. Y qué mientras ambos miren hacia el mismo lado.

Araceli dijo...

La espalda que separa, y el hombro entumecido, que estampa tan desoladora para una pareja.
Dices bien, cuando algo se acaba, se nota hasta en el más insignificante gesto

Unknown dijo...

Si algo se hace de manera repetitiva lo convertimos en rutinario..y la rutina nos lleva al fin al cabo a la desgana.. nos falta quizá comunicación...
"Qué haces? le pregunta. Nada, es que me molesta el hombro derecho. Él contesta bostezando. Ausente".
NADA!!! MENTIRA.. ALGO PASA NO???

No tiene porque estar acabado.. donde hubo fuego.. puede seguir existiendo una llama...habrá que avivarla.....

Ana Mari dijo...

La rutina es parte de la vida diaria (la palabra "diaria" ya lo intuye). Esta sociedad, los horarios obligados, el trabajo deja muy pocas horas para la familia, hijos...lo que cada uno tenga al llegar a "casa" y los más afortunados, al llegar al "hogar".

Pues, creo que, a veces, el dormir dando la espalda a tu pareja no es necsariamente un desprecio o frialdad, es simplemente, tener tu propia intimidad individual, tu yo, tu respiración libre, tu mirada libre vagando por ese lado de la habitación. Y seguir queriendo con locura al que duerme tras de tí, bajo la misma sábana.

La Luna de Miel, es otra cosa, y pasa rápido. Por lo general. Y si dura toda una vida pues qué bien.

Si es por frialdad, dormir "opuestos", desamor o decepción... éso ya es otro cantar y triste.

Música deliciosa, Gabriel.

Svor dijo...

Buenas,
Vengo de visitas. Se puede?
Yo creo que la solución es no dormir mas.

PD: che, que no ha pasado nada... simplemente, algunos reajustes de vida.
saludos como siempre

Anónimo dijo...

entonces termino medio, por favor!

recuerdo cuando me dijiste "y si algun dia te aburres puedes pasarte por mi blog" bien,no cumplo la regla pero tenia curiosidad
un saludo
"shakira"

Noe Dominguez dijo...

Me ha encantado, Gabriel. Creo que es real como la vida misma, como se ha dicho anteriormente, porque refleja dejadez, aceptación de lo inevitable. El tono lo dice todo. Aunque estoy con Ana Mari en que el dar la espalda para dormir no es el signo, se necesita esa intimidad.
Besos para todos.