Elisa
- Te ofrecí lo mejor de mí. Te he amado como nunca nadie más lo podrá hacer. No me queda nada por dar. Y, ahora, cuando ya no sé ni quién soy me vienes con estas.
- Lo siento, de verdad que lo siento mucho.
- Si sintieras algo nunca me hubieras dicho algo así. Te lo hubieras guardado para ti, para siempre. Espacio, tiempo propio, libertad. Todo eso lo has tenido de sobra. Qué poca vergüenza te queda. Ahora, sé decente y dime cómo se llama.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
4 comentarios:
En una situación así, el nombre es lo que menos importa.
Bufff
.....El hombre es fuego, la mujer estopa, viene el diablo y sopla...
Hola G.
Quizá el problema deriva de que él, como dice, ha dejado de ser
y entonces ella le ha buscado...en otro...pero le ha buscado.
No sé... de todas maneras, qué complicadas son las relaciones cuando la bidireccionalidad se pierde...
Besos
Ante todo la sinceridad, porque para que seguir con esa persona si ya no hay amor, cariño... etc...
Un saludito
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