Julia.
Siempre me ha gustado viajar en tren cuando llega la primavera. Crecen flores en los cristales. En diez minutos me tendrá al lado.
- Por eso no contestaba a tus llamadas. Creí que sabrías interpretarlo.
- Pues no. Debe ser que no doy para mucho. Vuelvo a casa.
A pesar de todo, sigo disfrutando del viaje. El sol se pone en mi ventanilla, pero sé que los destinos, todos y cada uno de ellos, me pertenecen. Quizás una vida nueva comienza con el mismo golpe que recibe un vagón al arrancar.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
6 comentarios:
Tengo debilidad por los trenes. Y tengo fobia por lo que se supone debemos sobrentender. Nada como una explicación cuando toca.
Núria A.
Julia, el destino y el golpe del vagon arrancando una nueva vida
..me gusta... es como si fuesen meciendose de forma acompasada...
Saluditos....
El tren lo elegimos nosotros. Debería bastar para entender porque ese y no otro.
Hola G.
Tremendo texto.
Viajo mucho en tren pero en vez de flores hay carreras de gotas de lluvia en los cristales. Siempre apuesto por una, la más pequeña. Al principio corre mucho pero otras siempre la adelantan.
Pero el otro día, no hace mucho, debió ser un golpe de aire o quizá de suerte, mi gota, mi apuesta las venció a todas.
Supe, entonces, que a partir de ese momento todo iría bien y espero ver brotar esas flores y que todos los respondones pétalos me digan que sí, que por supuesto, me quiere.
Un beso.
Julia, es sabia.
Gracias intiresnuyu iformatsiyu
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