
Las cosas se pueden decir de muchas maneras. Incluso diciendo lo mismo, exactamente lo mismo, podemos hacer llegar un mensaje muy diverso. Dependerá de la cara que pongamos, de nuestros gestos, de si brilla el sol o de si está cayendo la mundial.
El devenir hace que lo mismo se convierta en un constante no-ser. Lo mismo puede parecerse a lo mismo cuando ya no es. Lo efímero del ser es tan pesado que apenas podemos pensar sobre ello. Al menos eso es lo que han defendido muchos.
Nos miramos en el espejo pensando que podemos ver lo mismo, exactamente lo mismo, que los demás. Un engaño burdo. No somos lo que mostramos, ni lo que vemos, ni el recuerdo que perdura en la mirada creyendo que el tiempo nos respeta mientras que envejece al resto. Lo que vemos es otra cosa, lo que sea salvo tú mismo.
Si lo mismo se pareciese a lo mismo entenderíamos el mundo, seríamos capaces de reflexionar sin tener que transitar los meandros del entendimiento.
Lamento comunicar al lector que su interpretación, la de este texto, no coincide con lo que he querido decir. Ni siquiera mi escritura coincide con lo que pensaba decir. Así son las cosas.
Si va a leer otra vez todo lo dicho por alguna extraña razón, escuche este tema de Bill Evans mientras lo hace. Le ayudará.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
01 -
4 comentarios:
Profunda reflexión de lo que es el mundo "visual", o "perceptivo". De lo que creemos ver y lo que vemos y de lo que otros ven, totalmente opuesto, quizá, a lo que nosotros vimos, en idénticas situaciones.Yo alguna vez, hace ya años, pensé que uno va por el mundo, por la calle, y NO se ve a sí mismo, no. Somos auténticos ciegos de nosotros mismos, de nuestra imagen. Son los demás quienes nos ven. Cada uno a su manera. Y si no fuera por la "falsa" imagen que el espejo nos devuelve (a modo de favor) ni sabríamos como somos. Qué duro. Muchas veces lo he pensado, no alguna, que durante el día miramos hacia el mundo exterior sin vernos la cara. Damos un paseo y miramos, miramos miles de rostros que ellos, ajenos a estas reflexiones, no se ven en ese pasear. ¿Somos ciegos de nosotros mismos, de nuestro rostro y espalda? Pues gracias a que los demás nos ven. Y nosotros a ellos.
Gracias espejito. Aunque mientas y nos des lo contrario. El lado opuesto de la raya del pelo.
Excelente tema musical.
Ya he dormido!!No, no es verdad, sólo he escuchado la canción. Y no me da la cabeza para más, sólo saco en conclusión que lo mismo, no es lo mismo. Pero no sé si el mismo real es el que escuché al principio, o el auténtico el que escucho luego, o ninguno de los dos. Porque al final, ya no sé si es o sólo lo parece. Ay madre, yo me voy a dormir que esto es una rayadura muy grande a estas horas. ¿O no lo es?
Escuchando a Bill Evans.. entendí que salvo a nosotros mismos vemos cualquier cosa...
Saluditos domingueros...,
Esta clarísimo ¡¡¡Sobre todo para Kant.
Publicar un comentario