
La maldad es el arte de dañar a otro mientras el que la ejerce va desapareciendo. De amañar una vida ajena, a la medida de otros.
La maldad es resultado de un sentimiento de incomprensión. Alguien piensa que se acerca a la perfección, pero nadie más que él es capaz de verlo. Justifica los errores idolatrando al que los comete. A sí mismo.
Sólo funciona si la víctima te intenta ayudar. Nunca maldad se toca con maldad.
Escribir es el arte de amañar la vida o un daño cualquiera. Por pequeña que sea. Por leve que parezca. Mientras, el escritor va desapareciendo.
Es el resultado de un sentimiento de incomprensión ante una realidad imperfecta en la que se idolatran los errores porque no hay más remedio. Sin justificación.
Sólo funciona sin ayuda. Escribir es intimidad.
La literatura toca a la literatura. Jamás la realidad a la ficción.
© Del texto: Gabriel Ramírez Lozano
6 comentarios:
Este paralelo de maldad y escritor me confunde un poco. Si es cierto que tanto el malo como el escritor, son seres insatisfechos que necesitan completarse de alguna manera y viven en esos otros mundos que ellos entiendes (bueno y tambien los psicologos, supongo).
Pero de la maldad nada bueno sale, y de la literatura sí. El realmente malvado no aprende quizás porque no quiere, no porque sea incapaz. Un escritor aprende día a día. Escribir es intimidad, cierto; la maldad exige un destinatario, y no gusta del anonimato.
Un abrazo.
Um... no sé, no sé, tendríamos que hablarlo.
La literatura es intimidad?? Hmmm no estoy de acuerdo con usted, perdone :)
Escribiendo se puede ser malvado, pero de ahi a comparar la literatura con la maldad... no, no... :)
Pero oye, cada uno tiene su opinión, verdad? :) Un saludo Gabriel
Señoras: El título de esta entrada es "Diferencias razonables" y no "Parecidos razonables".
Eso pasa muchas veces por no leer el "puñetero" título... Mis más sinceras disculpas :D (y nosotras machacando a este pobre hombre, ya nos vale eh?)
;) Saludos
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