2/6/09

Lógica de escape (V y final)


- Hola, ya estoy en casa. Oye, te tengo que contar. Menudo día de trabajo. Vengo hasta el moño. Además acabo de hablar con mi madre por teléfono y, nada más colgar, me ha llamado Cristina para contarme la cena de ayer. Espera que me cambio y te pongo al día.
- Júpiter, vamos a la calle.
- Será cabrón este tío. Ya se ha ido otra vez. Luego dirá que no me intereso por él.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano

6 comentarios:

núria dijo...

No se me enfade, Don, que ando ocupada, pero me sigue interesando lo que escribe.


Me salio "saddly" en la verificacion de palabra, bonita, no?

Siclair dijo...

Una pena que esto se acabe. Me estaba interesando mucho el manejo del diálogo.

Svor dijo...

Jupiter, eres una buena excusa. Lo sabias?
Ella necesita hablar. El necesita autismo o hablar de economía o fútbol. Por fin, las obligaciones se interponen para diluir el compromiso mutuo de hacer frente al aburrimiento de pasar un tiempo juntos, escuchando lo que se lleva escuchando años y años.

Carmen Neke dijo...

Siberia, el mensaje está claro: cómprese un perro.

Muy buenos diálogos, Gabriel. Buenos de verdad, y reales como algunas vidas mismas.

araceli dijo...

De acuerdo con los anteriores,estupendos estos Dialogos.

Isadora dijo...

A pesar de mi ignorancia sobre diálogos y mi desconocimiento total sobre la vida, la propia y la de los demás, me arriesgo a decirle que todo me sonaba y encajaba. Que sus textos eran la representación fidedigna de ese inigualable dialogo entre seres enamorados que conforman una familia tradicional o no, y que, en círculos especializados, creo que se califica como el genuino dialogo para* besugos. Algo así como: - Tú dices lo que quieras. - Yo paseo a Júpiter. - Hasta mañana, amor. - Hasta mañana, corazoncito.
¿Quién o qué es capaz de romper una convivencia y compenetración tan sólida y profunda?
¡Me encantó!

* No quiero decir "entre", eso lo explicaría todo.