15/3/09

Tranquilidad


El frío se escapa por las alcantarillas, se esconde entre los muros para reposar. Aparece el sol con arrogancia. Todo se mueve con otro ritmo. Incluso los sonidos se deslizan de otro modo, con la cadencia de una tala remota. Cada cosa se coloca con calma donde le corresponde.
Escucho Isn´t it Romantic. Bill Evans. Un ejemplar de “La carretera” de Cormac McCarthy abierto sobre la mesa. Otro de “Una casa para siempre” de Vila-Matas esperando su turno. Las estilográficas alineadas frente a la pantalla del ordenador, el tintero a punto de vaciarse, el cuaderno rojo desgastado. Una novela casi terminada.
No acabo de estar bien. Sin embargo, el mundo es perfecto. A pesar de todo es intocable, sagrado. Todo lo es excepto uno mismo.
Gimena aparece sonriendo. Dice algo sobre su muñeca. Le contesto. Sí, a todo. Detrás Guzmán. Lleva en la mano un juguete. Me lo enseña. Espera que le diga que es el juguete más bonito de todos. Y lo hago. Gonzalo se acerca. Tengo la sensación de hablar con un adulto. Se ha hecho mayor. Las manos en los bolsillos, la mirada divertida. Te estás haciendo viejo, papá. Tranquilo, cuidaremos de ti. Mientras, Silvia va de un sitio a otro. Incansable. Sagrada. Llega Guillermo. Ha dormido en casa de su amigo. ¿Cómo estás, papá? Tienes buena cara. Mañana a trabajar.
Los ruidos de la casa se ponen en marcha. Ahora sí. No falta ninguno. Se complementan, encajan perfectamente. Todo es intocable, sagrado. Excepto uno mismo.
El mundo continua su marcha. Ahora sin el frío que parecía eterno. Las cosas en el lugar exacto. Cubiertas por el sol arrogante. Vivas. Todas lo están.
© Del texto: Gabriel Ramírez Lozano

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque seamos imperfectos, somos la pieza clave para que el mundo, nuestro mundo, continúe su marcha y siga siendo perfecto.

Svor dijo...

Llega la primavera y se nota en los rincones, y hasta el polvo que se acumula en ellos parece oro. Yo tambien estoy de primavera :)

Anónimo dijo...

Hasta el miedo sabe distinto, si lo paladeas en primavera.
Un abrazo!

Jorge Berenguer

Wara dijo...

La vida es como un juego de dar y tomar, a veces no equilibrado, no justo. ¡Que bueno cuando no hemos de entregar más de lo que nos ha dado...!

Pero, ¿estamos en primavera y yo sin saber que ha venido?

Un abrazo, querido Gabriel. Dusfruta de tus días y de las hojas de tu árbol. ¿Suena cursi? Pues ahí queda igualmente.

Ginebra dijo...

Tu mundo era perfecto antes, es perfecto ahora, y seguirá siendo perfecto cuando estés bien del todo. Gira solo.

Anónimo dijo...

El sol entra y le da luz a lo que ya existía entre los claroscuros del invierno.

Ese ruido del hogar, es sagrado, como dices, y música de fondo en nuestra vida. La mejor

Carmen Neke dijo...

¡Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.

Jorge Guillén

El mundo está bien hecho, Gabriel. Todo el mundo. Incluso uno mismo.

Un beso.

Anónimo dijo...

David es de Nueva York y tiene 21 años. Coincidí con él hace un par de días en las cuevas del Sacromonte. Sonrisa sincera, mirada transparente y curiosidad innata. El espectáculo flamenco le fascinó. Imaginé que sería un estudiante americano, como tantos, que vienen a conocer el idioma y la cultura española. No obstante, le pregunté: ¿Para qué has venido a España? Su respuesta me dejó pensativa un buen rato: He venido a amar. Al leer este post, he vuelto a pensar en lo que me dijo este chico. Interesante la relación que se me antoja con esto que dices :Todo es intocable, sagrado, excepto uno mismo. Y como soy la mar de racional ( ya no sé si es una virtud o un defecto) voy a seguir pensando en ello. Con la venia.

Saludos