
G. llegó a la tierra a bordo de un artefacto de última generación, modelo Ovlov. Después de arrasar un par de pueblos por completo (quería saber si de un solo disparo podría hacerse), abandono la nave y comenzó a reptar por la carretera que llevaba a la primera y última gran ciudad que vería en su vida.
Al llegar, se transfiguró adoptando el aspecto humano. Eran instrucciones precisas de su comandante en jefe. Pelo claro y largo, dos pechos excesivos para la altura de G. (1,22 metros), el cutis picado de viruela y un pene erecto que movía exageradamente al contonear exageradamente unas grandes caderas.
Entró en el bar. Un lugareño comenzó a reírse de su aspecto. Iba desnudo, todo hay que decirlo. Otro de los lugareños, el más corpulento, le golpeo en repetidas ocasiones mientras gritaba que el zoo estaba en el otro lado de la ciudad. Un tercero se apiadó. Le agarró del brazo, tiró de él y le llevó a una esquina del establecimiento. Pidió un refresco, se lo entregó y miró atónito como G. comenzaba a hincharse hasta explotar.
En el bar toman, desde entonces, las bebidas carbonatadas después de moverlas con un palillo. Dicen que por miedo a no poder dormir a causa de los gases.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
10 comentarios:
Sí, sí, mucha tecnología de última generación pero de conocimiento humano nada. Qué pena que lo que trascienda al espacio exterior sean esas otras virtudes, jeje.
Los pueblos están llenos de historias fantabulosicas...
Las ciudades se han quedado sin fantasías.
Cuando envíen a otro corresponsal tendrán que mirar, al menos, un día de tele para poder entrar en forma. la cosa en planeta tierra no es moco de pavo :)
Inquietante. Me pregunto si con una cerveza le habría pasado lo mismo.
Caualquiera no,yo tambien si fuera lugareña,tomaria precauciones.
Menudo espectaculo
Qué sentido del humor, el comandante, qué lecturas serían las suyas... Y quién le iba a mirar el cutis a la pobre criatura.
A donde fueres haz lo que vieres, por eso el al menos adoptar apariencia humana, pero cuando uno ignora precisamente cuáles son las medidas apropiadas, pues pasa lo que pasa y, como poco, sólo se consigue llamar la atención. De cualquier forma, para terminar sin entendernos.
Un abrazo, G.
Hola G.
Lo más triste de todo es que, en ocasiones, no hay que tener ese aspecto que comentas para que aquí en la Tierra se rían de uno.
Menos remover refrescos y un poquito más el alma.
Creo que si los extraterestres nos visitan lo hacen por la noche, cuando dormimos y parecemos angelitos.
Un abrazo.
Pero los arrasó con un solo disparo... ¿de qué?
PD.- midiendo 1,22 y teniendo dos tetas como dos carretas y un pene erecto lo raro es que pudiera mantenerse en pie.
Yo también me siento como un marciano en este blog. Es que soy varón.
¿Me invita alguien a tomar una coca cola? Lo mismo pego una explosión.
es un milagro que no le robaran la cartera o le gritaran "melenudoooo, maricóon"
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