
Salgo de casa. Debería hacer más calor.
La madera de los columpios rezuma agua de lluvia. Un par de niños juguetean alrededor del tobogán. La mujer que cuida de ellos camina en línea recta. Llega hasta el borde del suelo empedrado. No pisa la arena mojada. Vuelve sobre sus pasos. Otro borde. Vuelta a empezar. Habla por teléfono. A punto de llorar. Los críos se tiran bolas de arena mimetizándose con el parque.
El aire es frío. Caen algunas gotas que resistían sobre las hojas de un plátano de sombra. Oigo mis pisadas. La tierra rechina en las plantas.
Un muchacho cede su cazadora a la chica. Le agarra por el hombro y caminan. Ella apoya la cabeza en el hombro y cruza los brazos sobre el pecho. Son más lentos que yo. Al superarles llego a escuchar una frase. Tienes que comprenderlo, esto no puede funcionar. Acelero el paso.
Las nubes parecen resquebrajarse. Algunas hojas comienzan a caer. Debería hacer más calor y las hojas deberían estar en su sitio.
Escucho mi nombre. Es mi mujer. Hace un gesto con la mano para que pare. Me besa. Abre el bolso y saca un pequeño paraguas. Me lo entrega para que lo abra. Comenzamos a caminar. He pensado que te ibas a empapar, dice. ¿Dónde has dejado a los niños? Bajo techo, tranquilo. Enciende un cigarro. La lluvia arrecia.
Debería hacer más calor, susurra. ¿Por qué dices eso? Tira de mí ligeramente que casi he dejado de andar. Porque si no estás atento y el mundo cambia su ritmo puedes perder el paso. Asiento con la cabeza. Pensaré sobre ello, digo. Lo sé, contesta.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
6 comentarios:
El cambio climático es un hecho cierto. Hubo un tiempo en que aquí en Galicia existían dos estaciones, invierno y verano. Ahora es todo un revoltijo, lluve y hace sol cuando al Hombre del Tiempo le da la gana no cuando deberñia de ser o cuando a cada cual nos apetece. No depende de nosotros.
Me alegra que haya a tu lado alguien que te recuerde eso de no perder el paso o que, si llega el caso, lo cambie contigo.
Un abrazo.
A veces el tiempo se detiene. Tus personajes llevan un ritmo, pero no es acompasado, como el tuyo y el de tu mujer. Es entonces cuando el tiempo se detiene.
La naturaleza esta, definitivamente, cambiando el ritmo... esta hiperactiva, estresada, no sabe lo que quiere... dicen que le hemos hecho mucho daño, por eso sufre asi...
Nosotros espero que no perdamos el paso... a este punto, realmente no lo se.
Al compas,asi la vida es mas llevadera y hermosa.Tienes suerte
Wara: Alguna vez perdí el paso, sí. Y siempre estuvo para indicar cómo se rectificaba.
Edda: Qué astuta eres. Ya sabes que un personaje aparece si pinta algo. :)
Svor: Ya lo hemos perdido. Se trata de recuperar.
Aracali: Al compás es la única forma de vivir.
P.D.: Araceli recibí el paquete. Jejeje. Ya hablaremos.
Los días de lluvia están puestos para abrazarnos y estar más cerca de la persona que queremos.
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