- Quiero vivir lo nuestro con toda la pasión del mundo.
- Toribio tienes ochenta años, yo setenta y ocho y llevamos más de treinta casados. Lo podías haber pensado antes, hombre.
- El amor es algo que nada puede detener, amor mío.
- Sí, sí. Claro que sí. Por ejemplo la dentadura que se te cae o la hernia discal que no te deja vivir. Anda, baja a tomar el sol en el banco del parque. Desde aquí veo a Pepe.
- Mi amor. No te había dicho nada, pero he comprado viagra y mira cómo estoy. Me he tomado dos pastillas. De una sola vez.
- Pues eso, baja al parque y se lo cuentas a Pepe. Ya verás lo que vas a presumir. Yo es que me he tomado un gelocatil, la pastilla de la tensión, un orfidal y me da mucho sueño.
- Hay que joderse, Rosario. Con la ilusión que me hacía.
- Anda mira, al final vamos a coincidir en algo. Es lo mismo que te decía yo de jovencita. Al parque, Toribio. Y ten cuidado con el escalón.
© Del Texto: Gabriel Ramírez Lozano
9 comentarios:
Esta sí es de las historias de amor bonitas. Con todo lo que refunfuñan, cómo se quieren los abueletes, jeje.
Toribio, no desesperes. Puede que se lo piense y al regresar...
Rosario deje de tomar tanta pastilla y arreglesé mujer, que las ocasiones las pintan calvas.
Gabriel, mira que tienes mala leche. No tienes ni un personaje feliz. :)
La respuesta final de Rosario me la guardo, que dentro de treinta años igual me puede ser útil.
Decía la canción "cuando yo voy, tú vienes", o algo así, el caso es un nunca encontrarse... ay.
El Pepe va a alucinar, sí. ¿Dos de golpe? eso es pelogrosísimo.
Al final sempre és el mateix, excuses!
Gabriel, una curiositat, que és primer la història o la imatge?
Cuando veas UP te va a dar una llorera que te mueres porque trata lo mismo que tu post.
Núria, el texte sempre hi va primer.
Doncs també té mèrit trobar després la imatge que hi escau millor!
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